In Memoriam
- Details
- Category: Uncategorised
- Hits: 1187
Nuestra madre, aparte de su insuperable labor como madre, tenía entre otras muchas habilidades tres especiales. En primer lugar cocinaba de maravilla, y además de destacar por el sabor de sus guisos, destacaba por el equilibrio nutricional que siempre perseguía. Le gustaba combinar las legum bres con las carnes o el pescado con las ensaladas. Aprendió en casa, en la cocina de su madre, que tenía ascendientes valencianos. El buen gusto y la variedad eran sus principios en la cocina, los que nos ha inculcado a sus hijos y los que ahora queremos nosotros que reciban sus nietos a través de este libro. La segunda labor que hacía a la perfección era la costura. Media, cortaba, hilvanaba y cosía para obtener verdaderas obras de arte. Cuando veía una compostura inmediatamente sabía como estaba hecha y era capaz de confeccionarla e incluso mejorarla. Aprendió en casa de Visita el método de costura ¿????????????. En nuestros recuerdos está un metro azul de cuatro o cinco centímetros de ancho, bobinas de hilo, agujas, cremalleras, cinturillas, telas y todo tipo de bártulos para la costura. El periodo en el que estuvo aprendiendo para Visita fue muy bueno para ella, porque nos ha contado muchísimas anécdotas de esa época. Sorprendente era su capacidad innata para cultivar plantas. En sus manos un pequeño tallo moribundo se convertía en una planta imponente. Le encantaba recoger algún tallillo los días de lluvia, cuando llegaba a la casa rápidamente lo plantaba y esperaba con ilusión la época de las flores, para ver de que color eran. Y creo que todos le agarraron. En la ventana del cuarto de baño se podían ver los mejores geranios del vecindario, y en la terraza era frecuente ver pendientes de la reina, coleos…y en la entrada tenia una maceta de pilistras, pero lo que no faltaba nunca en casa era el cactus al que cariñosamente llamaba “el manolo”, el principal aún perdura en el balcón de “la grande”. Este cactus perteneció a la abuela Amparo, cuando se vino a Jaén a vivir con nosotros lo trajo y ya tenemos todos hijos para no perderlo nunca. También a mi madre le gustaba mucho aprender, nos contaba que cuando era chica iba al colegio y se lo pasaba muy bien. Cuando hacía frio llevaban una lata con ascuas y así se calentaban, que escribían con plumas y un día en clase cuando iba a hablar con la compañera de atrás le tiró el tintero y lo mancho todo de tinta. Decía que no había obtenido el certificado de estudios primarios, a pesar de haber estudiado muchos años, porque su padre no la dejo ir a examinarse, porque era niña, a su hermano si lo dejo. Sin embargo, ya mayor se apunto a las clases de educación de adultos, consiguió el graduado escolar, además se examinó de las pruebas de madurez de formación profesional y consiguió el título de Auxiliar de clínica (ahora auxiliar de enfermería) y de Cocina. A los nietos siempre les regalaba puzles, atlas, bolas del mundo…, quería inculcarles su afán por aprender y con seguridad lo ha conseguido. Trabajó tres veces por cuenta ajena, en el primer empleo para un sastre, le daba unos pantalones de caballero cortados y ella tenía que coserlos, me acuerdo que le pagaban 250 pesetas por cada uno y todos los días cosía un par. En este momento estábamos los tres pequeñitos y le dábamos mucha guerra porque nacimos en treinta meses los tres, estábamos iguales y a veces nos peleábamos mucho. También trabajo en la aceituna. Y por último cuando ya fuimos más mayores le echo una mano a mi tía Juana en la cocina para la que trabajaba. A ella todo se le daba bien, pero prefirió quedarse en casa con sus tres hijos, con su madre y con su marido y nos dio todo el cariño que puede dar una persona. Más tarde siguió dando cariño a sus nietos, a los que cuido desde chiquititos y los llevaba muy bien. Recuerdo los comentarios de las madres de los compañeros del cole de Laura, Javi, Lucia y Marta” que suerte tienes con tu madre”, “hay que ver como los lleva a todos al colegio, que bien” eran pequeños y llevaba a Marta en el carrito, a Lucia y Javi cogidos del carro y a Laura de la mano de Lucia, les decía lo importante que era que fueran así, que cada uno estaba cuidando del otro, ellos se sentían importantes y no se escapaba ninguno. Alguna vez fue a cuidar a Madrid a Beatriz, Juan y Diego y siempre decía: “si mis chiquitos estuvieran aquí también podría llevarlos a ellos”. Le hizo micha ilusión cuando la maestra de Laura en infantil de cinco años, la invitó a contar anécdotas en la clase, más tarde repitió en la clase de Javi y todos los pequeños le hicieron un dibujo, pasó un rato muy divertido. Ahora queremos hacerle un homenaje y se nos ha ocurrido hacer un libro con sus recetas, para que sus nietos aprendan a cocinar, también con sus poesías y sus dichos. A lo largo de estos años nos ha contado tantas cosas y hemos aprendido tanto con ella que nos ha parecido una buena idea juntar nuestros recuerdos para que los niños la tengan muy presente. |
|
- Details
- Category: Recetas Ada
- Hits: 525